Finca Pura Parcha San Sebastián

Daniel Manuel Estrada Pagan, un joven agricultor de Pepino que trabaja duro todos los días, ya que reconoce que el éxito depende de la dedicación, el empeño y el amor que siente por lo que sabe hacer mejor “cultivar la tierra desde que sale el sol hasta el atardecer”.  

La pasión por la agricultura para Daniel nació a los cinco años cuando junto a su maestra sembró algunas semillas de habichuelas mientras estaba en el jardín de la infancia. Desde este momento solo pensaba en convertirse en agricultor, por lo que tomo un curso de maquinaria agrícola en la escuela vocacional de su pueblo natal San Sebastián.

Este joven emprendedor ha explorado varios sectores agrícolas entre los que se destacan el cultivo del plátano y la producción de lechuga en hidropónicos, pero no se sentía satisfecho, ya que buscaba un cultivo que lo retara hasta que encuentro la “fruta de la pasión”. Dice este amigo que algunos lo consideraron loco al decidir cultivar parchas, pues este fruto tiene unos costos de establecimiento por cuerda altísimos de hasta diez mil dólares, lo que resulta muy difícil hoy en día para cualquier empresario agrícola. Al parecer el sabor de la Pasionaria, otro nombre con el que se conoce este atractivo fruto, había enamorado a Daniel a tal punto que se lanzó sin pensarlo y hoy tiene sembrada 21 cuerdas y contempla expandir la producción con el fin de exportar la fruta al exterior donde está muy bien cotizada.

Este amigo agricultor nos habla de un aliado incondicional que tiene en su finca y que sin el este sueño no sería realidad. Me refiero al abejorro negro o cigarrón, al que Daniel protege como se cuida un hijo, pues este beneficioso insecto es el polinizador principal de la parcha. Para mantener saludable a este insecto es necesario tener algunas áreas de bosque alrededor de la finca para que el cigarrón pueda establecer colonias en los árboles secos sobre el suelo. Además es necesario tener cuidado extremo al aplicar controles para otras plagas, porque también pueden afectar al cigarrón, y si no hay polinización no habrá producción.

Hoy Daniel apuesta a trabajar sin descanso hasta lograr su sueño de que la finca Pura Parcha de San Sebastián lleve su sabor a otras partes del mundo.